miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Casa de los Borbón en la Corona de Castilla y el reinado de Felipe V

Relación entre el Estado borbónico y la Iglesia católica

En el período de Felipe V la relación con el Vaticano tuvo muchos roces por el poder y derecho de autoridad en varios ámbitos políticos; la gran mayoría en la península ibérica y el continente americano.

Los Borbón, tanto en Francia como en España, trataron, a través de regalías -derechos y prerrogativas de los reyes católicos, inherentes a la soberanía-, y acuerdos (Concordatos), someter a su autoridad competencias de la Iglesia católica. En Francia, con Luis XIV, las negociaciones tuvieron mejor aceptación y efecto en los intereses reales que en España.

Las regalías más importantes fueron la de Regium Exequatur (Pase Regio, que consistía en que los reyes católicos tenían el derecho de retener las bulas y breves papales, cartas enviadas, hasta su aprobación), Patronato Regio y Real Patronato Indiano (quedaba bajo autorización real la construcción de catedrales, iglesias, conventos, hospitales, y lo más importante, la concesión de obispados, arzobispados, dignidades, beneficios y otros cargos eclesiásticos), y a través de esta última regalía el Derecho de Presentación (la realeza española imposibilitaba la elección directa por parte del papado de sus representantes en las Indias sin la previa presentación, a través del Real y Supremo Consejo de Indias, de candidatos; se proponía una cantidad determinada de candidatos, por lo general tres, y el Papa elegía uno).

Tres concordatos fueron muy importantes en el reinado de Felipe V. Los primeros dos fueron fallidos, sobre todo por considerarse al final poco o nada beneficiosos para España: 1717, tras las sucesivas reclamaciones efectuadas por el virrey de Aragón Solís y el fiscal real Melchor de Macanaz, donde no se llega al Patronato Regio, y 1737 tras una investigación del abad Vivanco donde se conocen que unos 30.000 beneficios papales escapan al Patronato Regio que benefician al Papa. En 1753, con Fernando VI en el trono, se llega a un concordato, negociado por el marqués de Ensenada y el padre Rávago (confesor del rey), donde el Papa da a los reyes españoles el Patronato Universal (control de la Iglesia, tanto en América, que ya tenían, como en los territorios de la realeza castellana). Una consecuencia de la política de Fernando IV, en materia de patronatos, es que surgieron obispos funcionarios; muy útiles al monarca; especialmente cuando se produjo la expulsión de los jesuitas en 1767.

Felipe V

El reinado de Felipe V fue el sucesor del rey Carlos II de Habsburgo, tío-abuelo del nuevo rey. Su reinado comenzó con la llamada Guerra de Sucesión española. Este conflicto fue tanto europeo como una guerra civil que enfrentó las dos casas más poderosas del momento en Europa: los Borbón (borbónicos) y los Habsburgo (austriacistas). Con el reinado de Felipe V comenzó una etapa de gran influencia francesa en la Corona de Castilla patrocinada por el rey francés Luis XIV, abuelo del rey español.

Pintura de Felipe V e Isabel de Farnese

Felipe V intentó una serie de reformas donde tuvo un gran triunfo con las administrativas y políticas. Todos los cargos públicos debían ser ocupados por profesionales que cobrarían un buen sueldo de acuerdo a sus funciones. Con esto se modernizaba el aparato burocrático arcaico que se arrastraba desde la edad medieval y a su vez se intentó bajar el nivel de corruptela dentro del sistema administrativo. A su vez se debía periódicamente hacer informes de funcionamiento y fiscalización, quitando del puesto a aquellos funcionarios que no cumplieran adecuadamente con lo necesario. También, debido a la profesionalidad, se mejoraron las técnicas de administración.

Nota: debido a la distancia y el antiguo sistema de comunicación, en las Indias no sucedía lo deseado en este ámbito. Una frase que caracteriza a la época es: “Acato pero no cumplo”, o se cumplía según los intereses del virrey y/o gobernador.

No así fue con las reformas económicas. Por choques de intereses con la alta nobleza, muchas de estas reformas fueron sustituidas por otras más leves, o directamente suprimidas manteniendo el viejo sistema que ponderaba.

Sí se mantuvieron las reformas mercantiles de ultramar y aduaneras. Prohibiéndose todo comercio fuera del monopolio español, excepto aquellos casos donde se concedían permisos especiales para tales empresas.

En las reformas culturales se notan indicios de choque con el clero, sobretodo en tema educacional donde la administración para a manos del Estado. Se crean escuelas y colegios especiales, llamados colegios mayores, ejemplo “Colegio de Minería”; se ve por primera vez un sistema primitivo de becas para estudios que desarrollen y especialicen materias consideradas de importancia: navegación, comercio, etc.

La Iglesia también se ve seriamente perjudicada, no sólo por las mencionadas reformas. El poder que ostenta, tanto en la península como en el continente americano, queda seriamente mermado con las regalías y concordatos.

La Corona y el Estado centralizan e intenta tener un mayor control de todo el sistema español y su sociedad. Delegando, a veces, parte del comercio, por no tener un aparato suficiente para sobrellevar tal labor.

El “Tratado de Utrecht”, también llamado Paz de Utrecht, fue un intento, a priori, de detener las hostilidades de la Guerra de Sucesión, y en última instancia que se llegara a un acuerdo final. No tuvo mucho fruto y lo más importante, al final, es que cambio el mapa político europeo.

Las políticas en mejora del mar en general, fueron una gran proeza. España había perdido mucho terreno, sobre todo con Inglaterra, en materia náutica. La creación de escuelas de ciencias, crearon una fuerte armada capaz de contener los ataques marinos procedentes de Inglaterra, Holanda y Francia; en América se saqueaban ciudades con este método.

La llegada de Isabel de Farnesio y Julio Alberoni, quien negoció el matrimonio con Felipe V, llevó a un cambio radical en la política exterior de la Corona. Esto mejoró notablemente la fuerza marina española, desarrollando una incipiente reforma en esta materia, que se alargaría hasta la muerte de Felipe, y se concentró en la obtención de lo territorios italianos; con la intención de poner a los hijos de la reina como regentes de esos territorios; creando estados satélites de España, tomando Cerdeña, y al año siguiente Sicilia.

El 10 de enero de 1724, Felipe V abdica a favor de su hijo Luis, llamado Luis I de España. Su reinado duró siete meses, y a su muerte Felipe vuelve al trono.

En 1725 se firma el “Tratado de Viena”, donde Carlos VI renunciaba finalmente a sus aspiraciones al trono español. Aspiraciones que mantenía desde y durante la Guerra de Sucesión. Y Felipe V renunciaba a los territorios imperiales italianos y a los Países Bajos.

Se inicia una etapa netamente española, con matices franceses e italianos heredados de la experiencia, donde se vuelven a tener buenas relaciones con Francia. Estas relaciones estaban basadas en negociaciones donde el trono español solicitaba la devolución de Gibraltar y Menorca. Francia, a su vez, solicitó el apoyo de España en los conflictos de sucesión en Polonia y Austria.

La Casa de los Borbones tenía la intención de acrecentar su poder dentro de Europa, tanto político como territorial. Estos conflictos y sus negociaciones tuvieron el nombre de Pactos de Familia; los Pactos de Familia fueron acuerdos diplomáticos. El primer acuerdo tuvo como condicionantes que Francia recuperara Gibraltar para España y España daría tratados comerciales con las Indias; esto suponía mucho dinero para la monarquía francesa. Francia también garantizaba los territorios italianos a España; Carlos III, hijo de Felipe V, es reconocido como rey de Nápoles y Sicilia. Los derechos de los territorios imperiales de Parma y Piacenza quedaban garantizados para la corona austríaca.

Todo queda truncado debido a la desilusión española con las pretensiones francesas en Gibraltar: aún queda en manos inglesas; hasta el día de hoy supone un tema de conflictos entre los gobiernos de España y Gran Bretaña. Menorca sigue también gobernada por ingleses, y Francia se concentra en los conflictos navieros y sajones. La falta de interés por parte de Francia y el irregular carácter de Felipe V, crea, en varias ocasiones, alejamientos que supone la ruptura de sucesivos acuerdos.

Los enfrentamientos continuarán entre 1741 y 1748. Al llegar la paz, los ingleses devuelven todas las posesiones ultramarinas a España, excepto Gibraltar, dejando igual situación que en 1740. La posterior muerte de Felipe V, en 1746, provoca grandes cambios ya al comienzo del reinado de Fernando VI.


Fabricio Gili Barboza.


Fuente: "Historia de Iberoamérica - Historia Moderna (Vol. 2)", M. Lucena Salmoral.

2 comentarios:

  1. La fórmula "obedezcase pero no se cumpla" está contemplada en el ordenamiento jurídico castellano. Su aplicación, por tanto, puede ser rastreada en España, y no sólo en América. Constituía una forma de acatar la autoridad del rey pero sin obedecer una determinada medida.
    Atentamente,

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  2. Buen dato, lo desconocía. Tampoco tiene mucha lógica. Grazie.

    Saludos, Fabricio.

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