domingo, 10 de enero de 2010

Exposición 21 de diciembre

Al haber terminado de buscar información y empezar a redactarla, consideré oportuno dar una vuelca de tuerca a la exposición y tratar de hacer llegar a nuestros compañeros algunas pequeñas pinceladas de lo que iba a ser nuestro trabajo. Es decir, pretendí hablar más del contenido para hacer la exposición más entretenida y didáctica, puesto que en la exposición anterior ya habíamos expuesto los detalles iniciales de nuestro trabajo y no los habíamos alterado.

En primer lugar, quise resaltar la importancia que tiene para nosotros el blog, una especie de puerta trasera de nuestro trabajo en donde tienen cabida temas en los que no ahondaremos demasiado. Por ejemplo, hemos subido entradas sobre la lengua española en América, vídeos sobre Hernán Cortés y Pizarro, la influencia de la música de los esclavos negros en Uruguay, Colonia de Sacramento o las condiciones de vida de los mineros en Potosí. Además, colgaremos próximamente nuestro trabajo en este blog.

Después hablé del apartado sobre los conquistadores, en donde trataríamos los perfiles de éstos, de dónde venían y a qué aspiraban. La mayoría de ellos eran personas de condición humilde, de zonas empobrecidas como Andalucía y Extremadura y aspiraban a llevar una vida mejor en las Indias. También comenté algunas anécdotas sobre Hernán Cortés, que era una persona exigente y siempre buscaba la riqueza en sus acciones. De Nuñez de Balboa dije que era una persona emprendedora, de hecho fue el primer europeo que fundo una ciudad en América.

Sobre la cultura y la sociedad, el siguiente punto de nuestro trabajo, comenté cómo estaba estructurada la sociedad española durante la conquista y la colonización. Se trataba de una sociedad jerarquizada, diferenciada en por dos clases sociales, el pueblo y las clases privilegiadas: el clero y la nobleza. Estas clases pudientes se enriquecieron más con la llegada del oro y la plata. Y no era difícil ver a estos nobles pasear con grandes joyas. Sin embargo el pueblo vive en condiciones muy difíciles. Fue una época de enfermedades y, por lo tanto, en el siglo XVII descendería la demografía. Sin embargo, en América el pueblo se enriquece. Se pone en jaque a la nobleza, el honor ya no es cosa de nobles. Esa riqueza permite soñar con una mejor posición social.
En la economía, el punto a desarrollar del que me encargo, me centré en el comercio y la revolución de los precios. Mostré un gráfico sobre la llegada de los metales a Sevilla, y apunte el hecho de que el descenso de la llegada de plata a España no significaba que se extraía metal en menor cantidad sino que gran parte fue a parar a otros puertos de Europa por el contrabando. Sobre la revolución de los precios, me centré en la teoría de Hamilton, aunque después el profesor David me comentó que estudiara otras teorías que aparecen en el libro de Baltasar Yun, que decía que la llegada de oro y plata provocó la subida de oro a España y Europa porque la crisis de la monarquía española provocó un escape de la plata a los grandes centros financieros de Europa. Pero en Europa los salarios no subieron tanto como los precios: En Inglaterra los precios subieron tres veces y media, mientras que los salarios sólo el doble. Esta inflación tuvo un profundo efecto sobre la distribución de la renta, castigando a los que menos tenían, y haciendo que la brecha entre acaudalados y pobres se hiciera más grande.

El siguiente, y último apartado, sería el territorio americano. Al ser este un punto bastante amplio, puesto que tocaremos, entre otras cosas, la colonización americana desde un punto de vista institucional y organizativo, me centré solamente en los apartados geográficos y urbanos. Hasta el s. XVI América no fue fácilmente ubicable debido a varias particularidades: era considerado un continente isla, muy largo y estrecho; estaba entre dos grandes masas oceánicas, el Atlántico y el Pacífico, lo que hacía imposible encontrarlo; y sólo con la revolución náutica se pudo encontrar. Respecto a la organización de la ciudad, podemos decir que se desarrollo un modelo de ciudad que no existía en Europa. Era un modelo en cuadrícula como el de los campamentos romanos: una gran plaza fortificada (La plaza de Armas), rodeada de edificios importantes como los de las autoridades locales (Cabildo o Palacio de la Gobernación, y Fuerte Militar) y religiosas (Iglesia o Catedral), y con calles perpendiculares entre sí. Las ciudades, a su vez, se podían dividir en varias categorías dependiendo de la importancia de la ciudad y del virreinato (administrativas, puertos comerciales, centros marineros, indígenas, militares, religiosos, etc.).

Fernando Martín-Loeches Morales

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