domingo, 25 de octubre de 2009

Las bases de la monarquía Hispánica (II)

El reinado de Felipe III fue polémico y estableció lo que podría ser el principio del ocaso de la dinastía de los Austria. Las guerras fueron, entre otras causas, uno de los principales puntos que empezaron a mermar las arcas de la Corona; por poner un ejemplo, se gastaron ni más ni menos que 4 millones de ducados sólo en la guerra con Flandes desde 1594. Y por si fuera poco las fuerzas de los combatientes españoles decayeron y se tuvieron que buscar hombres de fuera que luchasen por la Corona. Estas correosas empresas llevaron al Estado a la bancarrota, situación que se siguió repitiendo en varias ocasiones hasta mitad del s. XVII (para satisfacción de los banqueros que aprovechaban para afilar sus intereses). Al no poder pagar los préstamos se acordó con los acreedores una situación de suspensión de pagos y se negoció la conversión de la deuda de corto plazo a largo plazo.

Los consejeros de Felipe III, según Vicens Vives, llevaron al monarca por la peligrosa senda inflacionista, y además condicionaron la política económica de la monarquía a un rigodón de devaluaciones e inflaciones que arruinó a los consumidores y devoró a los productores.

La Pax Hispanica llega como un periodo de distensión en la relaciones exteriores -que estaba motivada, según Paul C. Allen, para recuperar la propia capacidad financiera y militar desgastadas, y debilitar al adversario con las nuevas circunstancias capaces de desmovilizar a la población y hacer crecer intereses económicos vinculados al aprovechamiento del periodo de paz para el comercio con España-, y se acuerdan treguas con los diferentes países con los que estaba enfrentado: con Francia en la paz de Vervins (1598), con Inglaterra en el Tratado de Londres (1604) y con Holanda en 1609.

Durante este reinado se pretende mantener la herencia dejada por su padre, Felipe II, e imponer la uniformidad religiosa tras la expulsión de los moriscos, y que apuntillaría -más si cabe- la ya maltrecha economía española al ser éstos grandes agricultores.

Con Felipe IV se cambia de políticas y de influencias en la corte, llega al poder el conde-duque de Olivares. Éste, que dominará la escena monárquica hasta 1643, va a establecer una renovación en el interior e impondrá una política de intervencionismo en el exterior y, por supuesto, recuperará la iniciativa a escala europea con la reanudación de las guerras.

Por lo tanto, llegamos a lo que se considera como Guerra Total, es decir, el fin de las treguas. El conde-duque de Olivares se había propuesto mantener la hegemonía española, por lo que se reinician las hostilidades contra Holanda en 1621, con bloqueos y operaciones contra intereses holandeses en puertos europeos. Pero la inestabilidad del país para hacer frente todas las contiendas (se reiniciaron las guerras contra Inglaterra y Francia) provocará las derrotas españolas en Breda y, sobre todo, en la batalla naval de las Dunas.

En el interior las cosas tampoco están calmadas, y estallan revueltas en Cataluña, Portugal, Sicilia y Nápoles. Los catalanes se revelan contra la Corona en 1640, al rechazar cualquier colaboración con la Unión de Armas. Y los portugueses, por su parte, coronarían al duque de Braganza como Juan IV de Portugal y sellarían una alianza con los franceses e ingleses.

La economía sigue sin pasar el corte durante este periodo belicoso, y es que además, el tráfico indiano roza los mínimos y la inflación es desbordante. España vive asfixiada: a la expulsión de los moriscos durante el reinado de Felipe III, hay que sumarle como causas del debilitamiento económico la emigración de los jóvenes, la competencia de los industriales de norte de Europa, el estancamiento de la agricultura y la industria, y los vicios y corruptelas de la administración pública.

Uno de los periodos más oscuros de la historia de España fue el reinado de Carlos II debido a una serie de problemas: a) la deficiente salud del Rey (por los cruzamientos consanguíneos), b) la fuerte inestabilidad política, c) las derrotas militares y d) la desastrosa situación económica.

El Rey Carlos II se coronó a la temprana edad de 3 años, aunque el gobierno fue encargado a Mariana de Austria, su abuela, y a una Junta, encabezada por el jesuita Nithard. Desde el principio este gobierno tuvo una fuerte oposición por parte de uno de los hijos de Felipe III, Juan José de Austria (su madre era una conocida actriz, María Inés Calderón). Éste trató de influir en el gobierno marchando con tropas desde Cataluña a Madrid lo que precipitó la salida del gobierno de Nithard, que fue sustituido por Fernando de Valenzuela. Pero el cambio no satisfizo a Juan José que volvió a Madrid con 15.000 militares y, esta vez sí, el golpe militar perpetrado le catapultó al puesto de primer ministro.

El problema central de este episodio de la historia española es la sucesión, el Rey Carlos II no consiguió tener descendencia a pesar de los sucesivos intentos (tuvo dos esposas), por lo que se produjo una lucha diplomática por el trono español entre los Borbones y los Habsburgo. Felipe de Anjou, el candidato francés es designado heredero, pero casi al mismo tiempo Carlos de Habsburgo es proclamado Carlos III en Viena, por lo que estallaría la guerra de sucesión española (1702-1714) en la que los Borbones consiguen la victoria final.

He recogido la información de los apuntes de clase, los datos e información económica los he sacado de “Historia Económica de España” de J. Vicens Vives y hay un breve apunte sobre la Pax Hispanica del libro “Felipe III y la Pax Hispanica” de Paul C. Allen.


Fernando Martín-Loeches Morales

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